Me explican las bondades de hacer unas vacaciones completas. Unas vacaciones de uno mismo. Ser otro, en definitiva. Me lo explican desde la ciencia ficción ya que con la nuestra parece que no se puede.
No he discutido. ¿Para qué? El proceso del coaching es ese taxista que te lleva a un destino que te has marcado. La pregunta es si el que llega es el mismo que salió del punto de partida. Cuando ‘soy’ en mi nuevo destino, he tomado unas vacaciones del ‘mi mismo’ del origen. Si se diluye el proceso con el paso del tiempo, estoy de regreso de esas vacaciones. Si nunca vuelvo, paso a ser origen de un nuevo cambio, de un nuevo devenir. ¡Bienvenidos al desarrollo perpetuo!