Cuando sus ocupaciones como catedrático de Física Teórica se lo permiten, Kip Thorne asesora al mundo del cine. Tal es el caso de su aportación a las películas Interstellar o Contact.

Según el astrofísico, no está descartado del todo poder viajar al pasado algún día pero su opinión personal es que es más bien imposible aunque no lo puede demostrar.

De cualquier forma, y gracias al lenguaje, hay una serie de elementos que viajan en el tiempo, en este caso al futuro, sin mayor problema. Me refiero a los conocimientos y a los concentrados de experiencia cuyo mayor representante es el refrán.

En general, las frases que perduran y, de alguna manera viajan al futuro, suelen ser las que posibilitan, las que abren nuevas formas de hacer, pensar y sentir. Las hay también limitantes, aquellas que nos invitan a quedarnos paralizados y no desarrollarnos con la sutil libertad que el compromiso con una frase posibilitadora otorga. Por eso las frases limitantes no nos gustan tanto.

La mayoría de las frases que favorecen nuestra visión del mundo suelen ser anónimas pero encierran un historial de ensayo – error de la vida inmenso. Cada una de ellas tiene su historia. Imposible saber cuántas observaciones, errores o reflexiones llevan a la frase que nos ha llegado.

Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes. (Confucio)

Antes de juzgar a una persona, camina tres días con sus mocasines. (Anónimo)

Errar es de humanos, perdonar es de sabios. (Anónimo)

Hay miles de ellas y, aunque es imposible conocer las circunstancias que las causaron, podemos imaginar historias de personas del pasado que, con su vida cotidiana, fueron aportando la experiencia al grupo, hasta que a alguien se le ocurrió poner nombre a la situación. Había nacido una nueva frase preparada para viajar al futuro.