Cuando se presenta un problema y nos hacemos cargo de él transformándolo en reto, es posible olvidar que la forma en que lo abordemos puede tener consecuencias en el futuro.
Al tomar una decisión, podemos observar el impacto que pueda tener en nuestro presente inmediato, pero, ¿hemos mirado hacia adelante?
Otro impacto puede sobrevenir a terceras personas que, recibirán a modo de regalo de vida, la consecuencia de nuestras decisiones.
Si nos centramos en nosotros mismos podemos actuar sin pensar o pensar eternamente sin actuar.
¿Eres más de actuar sin pensar o de pensar sin actuar? ¿O es que hay otra manera?